Llevar una vida consciente en concordancia con nuestro camino espiritual parece muy atractivo, sin embargo, el ego nos engaña y es fácil caer en algunas trampas y comportamientos que no tienen nada de elevado.
Tendemos a asociar la espiritualidad con elevados estados trascendentales, que nos brindarán felicidad, alegría, paz interior y libertad en todos los sentidos y mientras eso sí llega a ser verdadero, la mayoría de las veces, las ganas de mantenernos positivos, hacen que evadamos las partes más obscuras, dolorosas y el trabajo duro que conlleva tomar este camino.
Mientras no se lleve a cabo un proceso de sanación, las prácticas espirituales, sólo nos recompensarán con un falso sentimiento de seguridad y efímera felicidad, sin llegar a resolver los asuntos más dolorosos y profundos.
El psicólogo John Welwood, escribió en 1984, que algunos miembros de su comunidad espiritual, tendían a evadir enfrentar sus problemas emocionales, heridas psicológicas y tareas a desarrollar, mediante algunos conceptos budistas, usados a su favor. Y destacó que aunque todos usamos mecanismos de escape de vez en cuando, es un problema cuando, la espiritualidad se usa como una droga, de la cual depender, para no resolver los asuntos incómodos de nuestra vida.
Para Robert Augustus Masters, escritor y terapeuta, esto causa que las personas se alejen de ellas mismas y de otros, escondiéndose bajo un velo espiritual, de conceptos y prácticas metafísicas, que no sólo, te distancian de ti mismo, sino de tu propia sabiduría interior, dejándonos en un limbo de positiva superficialidad.
Cuando la espiritualidad es usada como mecanismo de defensa, contra lo incomodo de nuestra existencia, nos previene de tener el coraje y la autenticidad necesaria, para no quedar atrapados en una ilusión, en la que todo es aceptado. La realidad es que, no todo es luz y amor todo el tiempo y el hecho de buscar la iluminación frenéticamente, nos lleva por lo contrario, a un ciclo donde todo se construye sobre bases frágiles y no tomamos la responsabilidad.
El camino espiritual no siempre es armónico o hermoso, a veces tiende a ser tumultuoso y está lleno de pruebas, pero cada vez que se emerge de ellas, podemos renacer, con claridad y objetivos renovados. La idea aquí, no es juzgar a nadie, sino volvernos más auto-conscientes, auténticos y honestos. A continuación describiré algunos malos hábitos espirituales.
Optimismo Tóxico
Todos conocemos personas que aconsejan siempre "enfocarse en lo positivo" o "ver el lado bueno" y aunque esto es recomendable, hay momentos en los que simplemente no es posible, para efectuar duelos o enfrentar sentimientos intensos de pérdida, necesitamos estar en estado de vulnerabilidad y para esto hay que estar en el momento presente, como sea que se sienta.
La ira y otras emociones, son vistas como negativas por algunas personas, por la poca capacidad de manejo que se tiene de ellas, sin embargo se necesita un balance entre el optimismo y el valor de enfrentar los problemas reales de la vida. Por el contrario la represión de emociones incómodas, es un problema, que a futuro tendrá consecuencias.
El dolor es parte de la vida y para que haya un crecimiento y aprendizaje real, es necesario sentirlo y estar presente con él, honestamente, en todo su esplendor.
Idealizar una imagen en la que todo está bien, puede no dejarnos ver la verdad de ciertas situaciones y no tomar responsabilidad ante ellas
Narcisismo y co-dependencia espiritual
El narcisismo espiritual es el más peligroso de todos, ya que no es tan agresivo pero se disfraza de buenas intensiones. Buscar la Iluminación para sentirse superior a otros, está siendo cada vez más común en sociedades materialistas. El ego se "educa" con sofisticados conceptos espirituales y se puede volver manipulador, hasta llegar a sentirse un dios, esto es lo que pasa con algunos "gurús" o líderes de sectas.
Darle la responsabilidad de tu desarrollo espiritual a alguien más, te quita poder y capacidad de integrar las enseñanzas, tomar la palabra de alguien como verdadera, puede hacernos caer en fanatismos. La dinámica Narcisista - Codependiente, fácilmente, se puede reproducir en este ámbito.
Cuando frecuentemente se busca en el exterior para tomar decisiones, se cae en la trampa de menospreciar a nuestra sabiduría interior y permitimos que otras fuerzas nos controlen, no confiamos en nuestra habilidad de manejar lo que vendrá y nuevamente esquivamos la responsabilidad de nuestros actos. Así mismo cuando alguien tiene un problema con nuestro comportamiento, es sorprendentemente fácil justificarlo, con que la otra persona, no está "honrando nuestra verdad"o que está proyectando sus inseguridades, en vez de ser conscientes de cuando estamos siendo egoístas o que nuestras acciones lastiman a alguien más. Es más difícil aceptar que no somos perfectos y que seguimos aprendiendo todos los días.
Y aunque es verdad que hay que conocerse a uno mismo, tampoco hay que caer en la trampa de sanar eternamente, ya que al final, es como quedar atrapados en un laberinto de espejos, hipnotizados por nuestro reflejo, como Narciso, sin ser consientes que existen otras personas o conexiones con las cuales podemos crecer de espíritu a espíritu.
El rechazo de lo "humano"
Tener la falsa idea de que las personas espirituales no pueden tener un lado obscuro o que no pueden sentir ira o tristeza, juzgarse a uno mismo o a cualquiera que exprese emociones intensas, hace que nuevamente se evadan o no se expresen temas importantes y las relaciones caen en una especie de superficialidad.
La ira es una emoción naturalmente humana y perfectamente justificable en algunas situaciones, que nos indica que algo debe ser trabajado, irónicamente suele ser reprimida o sustituida inmediatamente por compasión, haciéndonos sentir, subconscientemente invalidados y heridos por nosotros mismos.
Sin una profunda auto aceptación a todas nuestras emociones y sombras, la espiritualidad puede ser sólo un peligroso escape.
Inalcanzables expectativas con uno mismo
Los altos ideales de algunas enseñanzas espirituales, nos hacen sentir fracasados o llenos de culpa por no alcanzarlas y perdonarse a uno mismo puede ser, paradójicamente muy difícil.
Por ejemplo, si nos enfermamos, podemos sentir que no llevamos, exitosamente, a cabo nuestro trabajo espiritual o que no supimos mantener una "alta vibración", por el contrario nos sentimos aún peor, porque sentimos la culpa de enfermarnos y no sabemos qué hicimos mal. Cuando la realidad es que seguimos siendo humanos y nos vamos a enfermar y nos vamos a morir, como todo el resto, por más que alcancemos la perfección espiritual o la Iluminación.
Igualmente si juzgamos a los demás por enfermarse o por vivir alguna situación, fuera de su control, acusándolos de co-crear su realidad.
Falsos "gurus"
En la búsqueda de la expansión de la percepción, nos podemos encontrar con falsos maestros espirituales, que no tienen el conocimiento o la voluntad de acompañar a sus "iniciados" a integrar sus nuevas experiencias, sobretodo con psicodélicos, ya que se van a cruzar las fronteras de la mente, como la conocemos y es necesario hacerlo con alguien que sea de toda la confianza.
Un practicante poco experimentado o egoísta, lejos de ayudarte a tener una experiencia fascinante y enriquecedora, te puede hacer pasar por un evento traumático. Algún ejemplo de esto, puede ser Bikram Choudhury, fundador del Brikram Yoga, que ha sido denunciado por casos de agresión sexual y discriminación.
Negligencia
Escuchar historias de personas que se curaron milagrosamente, no debe hacernos pensar que la ciencia está equivocada y que todos los medicamentos son malos. Esto puede provocar que no vayamos al doctor o que no llevemos los pasos necesarios para cuidar de nuestra salud, y aunque es verdad que hay maneras naturales de cuidarnos y de sanar, en algunas ocasiones, sí es necesario llevar a cabo tratamientos drásticos. Tomar decisiones conscientes es lo adecuado, basándonos en diferentes posturas y con mucha información.
Creer todo lo que escuchas, puede hacerte pasar malos ratos o vivir situaciones peligrosas,
piensa dos veces a quién o a qué le estás confiando tu seguridad, sobretodo en algunas prácticas en las que puedes resultar vulnerable.
Profundiza
Si te has reconocido en algunos puntos hasta ahora, piensa que está bien, que nos pasa a todos al crecer, admitir honestamente nuestro nivel de aprendizaje es el primer paso para ir más profundo. Estar abierto a equivocarse, a no tener razón o a aceptar que no siempre se tiene el control, es la manera en la que se aprende algo completamente nuevo.
Acepta la dualidad
Vivimos en un plano, donde existe la dualidad dentro y fuera de nosotros, cuestiona todo, la fé ciega sólo crea fanatismo, reconoce tu lado luminoso y tu lado obscuro también, la fuerza creadora y la destructiva, todas las energías tienen un objetivo y la idea es no irse a los extremos.
Enfrenta y siente tu dolor
Hacemos muchas cosas para no enfrentar emociones dolorosas como, duelo, vergüenza, rencor o tristeza, y aunque, todos necesitamos de distracciones, que nos ayuden manejar los momentos más turbulentos de la vida, pocos son los valientes, que están dispuestos a hacer el trabajo duro y enfrentar lo que han evitado hasta el momento y que paradójicamente es lo único, que verdaderamente les traerá la paz a largo plazo.
Procesar emociones reprimidas no es fácil, sobre todo porque la información se encuentra en el subconsciente, para esto es recomendable buscar la ayuda de algún terapeuta, con experiencia en trauma o en acompañamiento de duelo, que pueda hacerte entender de dónde vienen las emociones no resueltas y las herramientas para que se puedan trabajar.
Evidentemente esto no es divertido pero es una labor que se tendrá que hacer tarde o temprano, de hecho, el camino espiritual es un proceso constante de destrucción y de purificación, que requiere, la destrucción de las falsas ilusiones, para que veamos la vida con más claridad y libertad.
Disonancia Cognitiva
La Disonancia Cognitiva es un estado, en que las creencias de una persona y sus actos no tienen congruencia, esto ocurre cuando una persona tiene dos creencias contradictorias que pueden provocarle (además de incongruencia), ansiedad, culpa, o un sentimiento de que algo está no está bien. En los casos más extremos, estas personas viven en negación, porque enfrentar la verdad, les es demasiado doloroso y se crean una falsa realidad.
Reconocer los comportamientos en los que estamos siendo incongruentes, requiere de un profundo Trabajo de la Sombra o Shadow Work , el cual describiremos, específicamente, en otro artículo.
El verdadero camino espiritual, llevará a la humanidad a entender nuestra verdadera identidad como seres libres, que cuidan a la Tierra, conectados con el cosmos, con compasión y con igualdad con todos los seres vivos, para crear un futuro armonioso y sostenible. ¿Qué tan profundo estás dispuesto a llegar?
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