La empatía es la capacidad de identificarse con alguien y compartir sus sentimientos, pero los empaths lo llevan al siguiente nivel, al sentir las emociones de los demás como propias y percibiendo las energías a su alrededor de forma inconsciente.
Los empaths son personas altamente intuitivas, muy compasivas y siempre están dispuestos a ayudar a los demás, lo cuál suena muy positivo, sin embargo durante su crecimiento y el desarrollo de su personalidad, aprendieron a vivir "hacia afuera" y a poner las necesidades de otras personas antes que las suyas, generando en ellos muchas carencias afectivas.
La empatía es fundamental para resolver nuestros problemas como seres humanos, pero si la empatía es tan positiva y necesaria, ¿ Por qué los empaths sufren al grado de quedar paralizados por las energías cotidianas ?
Científicamente ya se ha descubierto en el cerebro un Sistema de Neuronas Espejo, responsables de reflejar emociones y de sentir lo mismo que otros, por lo cual, se cree que los empaths, tienen una mayor respuesta de este tipo de neuronas, al mismo tiempo, que las personas incapaces de sentir empatía, como los psicópatas y narcisistas, tienen menor respuesta de estas neuronas. Otro descubrimiento es que ambos; el corazón y el cerebro generan campos electromagnéticos y que estos campos transmiten información acerca de las personas que los generan. Los empaths son especialmente sensibles a esto, y si no lo saben distinguir, se sentirán muy confundidos y drenados. Igualmente sentirán los cambios en los campos electromagnéticos que ocurran en la Tierra y del Sol, teniendo fuertes respuestas emocionales, afectando su estado mental y niveles de energía.
Los empaths también suelen más sensibles a la dopamina, por lo que no tienen que hacer grandes planes para estar felices, en comparación, a las personas más extrovertidas.
La creación de los empaths
Un empath, ¿nace o se hace? La respuesta incluye varios factores a considerar, por lo general son 3 los más importantes:
Factor 1: Temperamento. Es el carácter con el que se nace, algunos bebés suelen ser más sensibles que otros, en cuanto a sonidos, olores, u otros factores externos.
Factor 2: Genético. Niños muy sensibles por lo general, tienen a un padre o familiar muy sensible en la familia, es posible que la sensibilidad pueda ser transmitida genéticamente.
Factor 3: Trauma. Negligencia o abuso por parte de los padres o cuidadores afectan la sensibilidad y el comportamiento de los niños a futuro. Hijos de alcoholicos o de padres abusivos o con trastornos de personalidad, han vivido el abuso físico o emocional en cierta medida y han aprendido a "vivir hacia afuera", ya que leer ciertos comportamientos o señales antes del conflicto, estimula su sensibilidad, como mecanismo de defensa.
Al mismo tiempo un empath inmaduro, puede llegar a creer que él o ella, puede evitar los trastornos mentales de otros, al cambiar su comportamiento y suele dar prioridad a las necesidades de los demás, ignorando las propias. Así se vuelven muy sensibles a lo que otras personas quieren o necesitan.
Por lo general los empaths, no pierden la capacidad de sentir o de sentirse vulnerables después del abuso, contrario a los narcisistas. Siempre ven el lado bueno de la gente y buscan su reconocimiento, al ayudarlos constantemente. Viven con el Síndrome del salvador y quieren rescatar a todo el mundo, olvidándose de ellos mismos. Quizá por eso, sienten gran atracción por personalidades narcisistas.
Empaths y espiritualidad
Como si no fuera suficientemente complejo, ser tan sensible en este mundo, los empaths tienen además grandes retos, cuando viven el despertar espiritual, o incluso es posible que este se acelere, al vivir algunos tipos de experiencias, cotidianas para los empaths.
Mucho se habla de que los empaths, necesitan protección extra para convivir con los demás o con algunas energías, pero lo que no se habla es del discernimiento, que ellos deben aprender y de sanar el cuerpo emocional, al igual que aprender a protegerlo.
En casos muy extremos algunos empaths se victimizan por su sensibilidad y se ven afectados por todo tipo de estímulos externos, afectando sus niveles de energía y culpando al exterior por esto, perdiéndose la oportunidad de poner límites y de reclamar su poder.
El problema real, no es el ser extremadamente sensible, sino el no tener sentido de uno mismo, originado por el trauma y la negligencia emocional durante el crecimiento. El no saber poner límites y respetarlos es otro reto para un empath, reto que a su vez, se ve replicado en el otras dimensiones más sutiles. Lo que se nos presenta, tanto en el mundo material, como en el espiritual, tiene una vibración que resuena con la nuestra y si nos vemos constantemente afectados por energía negativa, nos da una pista del tipo de energía que estamos atrayendo, quizá sería recomendable analizar a las situaciones o a las personas con las que determinada vibración se nos presenta. Tal vez debamos poner límites a esas personas, situaciones, lugares e incluso a energías.
¿Cómo ser un empath y no morir en el intento?
Es posible sanar para los empaths, es importante que empiecen a ver sus capacidades como un regalo y que no necesariamente tienen que sufrir por ello. Pueden aprender a manejar el estrés, generado por su sensibilidad, como cualquier otro estrés y a identificar a las personas que les generen estímulos fuertes y evitarlas sí es posible. Es importante crear espacios seguros para aceptar su sensibilidad y mejorar la autoestima creando límites sanos.
Pasar tiempo en la naturaleza, una alimentación balanceada, meditación y ejercicio regular, además de evitar el alcohol y las drogas, pueden mejorar significativamente la vida de un empath. La meta es empoderarse y usar su sensibilidad para auto-aceptarse y ser amorosos con ellos mismos, abrazando sus emociones, como no fueron abrazadas en su infancia para replicar esto en el mundo.
Si necesitas más información o técnicas para empaths, te recomiendo el libro: The Empath’s Survival Guide: Life Strategies for Sensitive People de Judith Orloff M.D.
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